lunes, 6 de julio de 2009

Tú, Platero y Yo.

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Escalofrío


La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura. En los prados soñolientos se ven, vagamente, no sé qué cabras negras, entre las zarzamoras....Alguien se esconde, tácito, a nuestro pasar...Sobre el vallado, un almendro inmenso, níveo de flor y de luna, revuleta la copa con una nube blanca, cobija el camino asaeteado de estrellas de marzo...Un olor penetrante a naranjas..., humedad y silencio...La cañada de las brujas...

-¡Platero, qué...frío!

Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra en el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos. Es como si un enjambre de claras rosas de cristal se enredara, queriendo retenerlo, a su trote...

Y trota Platero cuesta arriba, encogida la grupa cual si alguien le fuese a alcanzar, sintiendo la tibieza suave, que parece que nunca llega, del pueblo que se acerca...
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1 comentario:

Una persona dijo...

Todos quisiéramos un amigo fiel como Platero, un amor como Platero. Siendo pretenciosos, todos quisiéramos también al morir que alguno recordara de nosotros las pequeñas cosas que hacen bonita la vida, preciosa, como hace juan ramon jimenez con su Platero. Me parece amor puro elevado a su máxima potencia, porque somete el paisaje a la sensación que ese día le da su simple borrico, su animal de compañía. La vida se nutre de estas pequeñas cosas, las que hacen de cada día algo para recordar. Continúa con Platero, te va a deparar algunas sorpresas muy gratas, alguna lágrima tonta de melancolía y algo mas.

Gracias por recordar este libro. Lo comenzaré a leer por tercera o cuarta vez.